jueves, 27 de agosto de 2015

APUNTES HISTÓRICOS

a) El comienzo de un nuevo camino.


87. La locución doctrina social se remonta a Pío XI  y designa el « corpus » doctrinal relativo a temas de relevancia social que, a partir de la encíclica « Rerum novarum »  de León XIII, se ha desarrollado en la Iglesia a través del Magisterio.  En su continua atención por el hombre en la sociedad, la Iglesia ha acumulado así un rico patrimonio doctrinal. Éste tiene sus raíces en la Sagrada Escritura, especialmente en el Evangelio y en los escritos apostólicos. 

88. Los eventos de naturaleza económica que se produjeron en el siglo XIX tuvieron consecuencias sociales, políticas y culturales devastadoras. Los acontecimientos vinculados a la revolución industrial trastornaron estructuras sociales seculares, ocasionando graves problemas de justicia y dando lugar a la primera gran cuestión social, la cuestión obrera, causada por el conflicto entre capital y trabajo.

 b) De la Rerum novarum hasta nuestros días.



89. Como respuesta a la primera gran cuestión social, León XIII promulga la primera encíclica social, la « Rerum novarum ».Esta examina la condición de los trabajadores asalariados, especialmente penosa para los obreros de la industria, afligidos por una indigna, miseria. La « Rerum novarum » se ha convertido en el documento inspirador y de referencia de la actividad cristiana en el campo social.

90. Los principios afirmados por León XIII serán retomados y profundizados por las encíclicas sociales sucesivas. Toda la doctrina social se podría entender como una actualización, una profundización y una expansión del núcleo originario de los principios expuestos en la «Rerum novarum ».


 91. A comienzos de los años Treinta, a breve distancia de la grave crisis económica de 1929, Pío XI publica la encíclica « Quadragesimo anno » que confirma el principio que el salario debe ser proporcionado no sólo a las necesidades del trabajador, sino también a las de su familia. 




La Encíclica rechaza el liberalismo entendido como ilimitada competencia entre las fuerzas económicas, a la vez que reafirma el valor de la propiedad privada, insistiendo en su función social.

Liberalismo: Es el ideal de la libertad absoluta para expresarse, transitar, organizarse y producir. Doctrina político-económica que minimiza la acción del gobierno y maximiza la libertad del individuo y de la libertad privada. 




92. Pío XI no dejó de hacer oír su voz contra los regímenes totalitarios que se afianzaron en Europa durante su Pontificado. Ya el 29 de junio de 1931 había protestado contra los atropellos del régimen fascista en Italia con la encíclica « Non abbiamo bisogno ». En 1937 publicó la encíclica « Mit brennender Sorge », sobre la situación de la Iglesia católica en el Reich alemán. El texto de la « Mit brennender Sorge » fue leído desde el púlpito de todas las iglesias católicas en Alemania, tras haber sido difundido con la máxima reserva.Italia con la encíclica « Non abbiamo bisogno »En 1937 publicó la encíclica « Mit brennender Sorge », sobre la situación de la Iglesia católica en el Reich alemán. El texto de la « Mit brennender Sorge » fue leído desde el púlpito de todas las iglesias católicas en Alemania, tras haber sido difundido con la máxima reserva. Con la encíclica « Divini Redemptoris » sobre el comunismo ateo y sobre la doctrina social cristiana, Pío XI criticó de modo sistemático el comunismo, definido « intrínsecamente malo«.

93. Pío XII puede ser considerado como el precursor inmediato del Concilio Vaticano II y de la enseñanza social de los Papas que le han sucedido »


94. Los años Sesenta abren horizontes prometedores: la recuperación después de las devastaciones de la guerra, el inicio de la descolonización, las primeras tímidas señales de un deshielo en las relaciones entre los dos bloques, americano y soviético beato Juan XXIII lee con profundidad los « signos de los tiempos ». La cuestión social se está universalizando y afecta a todos los países: junto a la cuestión obrera y la revolución industrial, se delinean los problemas de la agricultura, de las áreas en vías de desarrollo, del incremento demográfico y los relacionados con la necesidad de una cooperación económica mundial.

 Juan XXIII, en la encíclica « Mater et magistra » « trata de actualizar los documentos ya conocidos y dar un nuevo paso adelante en el proceso de compromiso de toda la comunidad cristiana » Las palabras clave de la encíclica son comunidad y socialización. Con la encíclica « Pacem in terris » Juan XXIII pone de relieve el tema de la paz, en una época marcada por la proliferación nuclear.



95. La « Pacem in terris » contiene, además, la primera reflexión a fondo de la Iglesia sobre los derechos humanos; es la encíclica de la paz y de la dignidad de las personas. La «Pacem in terris » se detiene sobre los poderes públicos de la comunidad mundial, llamados a « examinar y resolver los problemas relacionados con el bien común universal en el orden económico, social, político o cultural»



96. La Constitución pastoral « Gaudium et spes »  del Concilio Vaticano II, constituye una significativa respuesta de la Iglesia a las expectativas del mundo contemporáneo. En esta Constitución, « en sintonía con la renovación eclesiológica, se refleja una nueva concepción de ser comunidad de creyentes y pueblo de Dios.



La « Gaudium et spes » estudia orgánicamente los temas de la cultura, de la vida económicosocial, del matrimonio y de la familia, de la comunidad política, de la paz y de la comunidad de los pueblos, a la luz de la visión antropológica cristiana y de la misión de la Iglesia.




97. Otro documento del Concilio Vaticano II de gran relevancia en el « corpus » de la doctrina social de la Iglesia es la declaración « Dignitatis humanae », en el que se proclama el derecho a la libertad religiosa. El documento trata el tema en dos capítulos. El primero, de carácter general, afirma que el derecho a la libertad religiosa se fundamenta en la dignidad de la persona humana y que debe ser reconocido como derecho civil en el ordenamiento jurídico de la sociedad. El segundo capítulo estudia el tema a la luz de la Revelación y clarifica sus implicaciones pastorales, recordando que se trata de un derecho que no se refiere sólo a las personas individuales, sino también a las diversas comunidades.

98. « El desarrollo es el nuevo nombre de la paz »  afirma Pablo VI en la encíclica « Populorum Progressio » que puede ser considerada una ampliación del capítulo sobre la vida económico-social de la « Gaudium et spes », no obstante introduzca algunas novedades significativas. En particular, el documento indica las coordenadas de un desarrollo integral del hombre y de un desarrollo solidario de la humanidad.


99. Pablo VI instituye en 1967 la Pontificia Comisión « Iustitia et Pax », cumpliendo un deseo de los Padres Conciliares, que consideraban « muy oportuno que se cree un organismo universal de la Iglesia que tenga como función estimular a la comunidad católica para promover el desarrollo de los países pobres y la justicia social internacional. Por iniciativa de Pablo VI, a partir de 1968, la Iglesia celebra el primer día del año la Jornada Mundial de la Paz.

 100. A comienzos de los años Setenta, Pablo VI retoma la enseñanza social de León XIII y la actualiza, con ocasión del octogésimo aniversario de la « Rerum novarum », en la Carta apostólica « Octogesima adveniens ».

 101. Más adelante, “al cumplirse los noventa años de la Rerum novarum, Juan Pablo II dedica la encíclica Laborem exercens al trabajo, como bien fundamental para la persona, factor primario de la actividad económica y clave de toda la cuestión social. Delinea una espiritualidad y una ética del trabajo, en el contexto de una profunda reflexión teológica y filosófica. El trabajo debe ser entendido no sólo en sentido objetivo y material; es necesario tener en cuenta su dimensión subjetiva, en cuanto actividad que es siempre expresión de la persona”.


 102. Luego, al cumplirse el vigésimo aniversario de la Populorum progressio, Juan Pablo II introduce la distinción entre progreso y desarrollo, dándole a este último un carácter moral: el verdadero desarrollo no puede limitarse a la multiplicación de los bienes y servicios, esto es, a lo que se posee, sino que debe contribuir a la plenitud del ser del hombre. Además, distingue a la “paz como fruto de la solidaridad”.

103. La tercera encíclica de carácter social de Juan Pablo II, la Centesimus annus, “pone en evidencia cómo la enseñanza social de la Iglesia avanza sobre el eje de la reciprocidad entre Dios y el hombre: reconocer a Dios en cada hombre y cada hombre en Dios es la condición de un auténtico desarrollo humano”, bajo el principio que hoy llamamos solidaridad.


c) A la luz y bajo el impulso del Evangelio. 


104. Los documentos aquí evocados constituyen los hitos principales del camino de la doctrina social desde los tiempos de León XIII hasta nuestros días. En la elaboración y la enseñanza de la doctrina social, la Iglesia ha perseguido y persigue no unos fines teóricos, sino pastorales, cuando constata las repercusiones de los cambios sociales en la dignidad de cada uno de los seres humanos y de las multitudes de hombres y mujeres en contextos en los que « se busca con insistencia un orden temporal más perfecto, sin que avance paralelamente el mejoramiento de los espíritus » Por esta razón se ha constituido y desarrollo.









No
Documento
Contexto en el que surge
Papa que lo escribió
Año
Mensaje principal (al menos dos ideas de cada documento
1
Rerum Novarum
El liberalismo filosófico enriquecía con sus ideas al sistema económico capitalista liberal. La utopía de los idealismos socialistas, principalmente de origen marxista, fomentaba las inconformidades y los reclamos de los trabajadores y los empujaba a la lucha de clases. La pobreza escandalosa de los asentamientos humanos en los barrios proletarios, la carencia de lo necesario para vivir dignamente, apenas contando con lo necesario para subsistir. La moral individual, la resignación de algunas personas y la exhortación a la generosidad de los ricos con los desposeídos es la voz de algunos autores por despertar una conciencia social. Recordando que, varios eclesiásticos y laicos habían precedido, denunciado y actuando con sentido social.
León XIII
1891
Recuerda que la Iglesia no tiene una formula de solución para resolver los problemas sociales, sino unos principios básicos y permanentes (como la primacía de la persona, el respeto a la justicia, la práctica de la caridad y el compromiso con sus deberes religiosos...), dice a los cristianos el deber de la Iglesia de introducirlos en todas las estructuras temporales.
El tema central gira en torno a la condición de los trabajadores, de sus derechos y deberes, así como también de los directivos, de los patrones. Hace un particular énfasis en la relación obrero-patronal, pues insiste en que este binomio es inseparable. A su vez hace una crítica de la lucha de clases, del Socialismo y de los excesos del capitalismo. Señala la imposibilidad de superar totalmente las desigualdades sociales. Si bien reconoce el derecho a la propiedad privada, subraya el deber de ayudar a los demás en sus necesidades, e insiste en la importancia de establecer asociaciones de trabajadores para su defensa y promoción humana.
2
Quadragesimo Anno
El incremento de la industria en la mayor parte de las naciones propició una sociedad humana dividida en dos clases: una, con ser la menos numerosa, gozaba de casi todas las ventajas, provenientes de inventos modernos que proporcionaban una vida muy confortable; mientras  que otra, compuesta de muchedumbres de obreros, sumergidos en una preocupante miseria, luchaban por salir de la estrechez en que vivían. 
Pio XI
1931
La restauración del orden social quebrantado por la guerra. Condena por igual al socialismo, y al individualismo como impedimentos para la restauración del respeto a la vida humana y a las costumbres cristianas. 
Justifica porqué los superiores deben respetar la iniciativa de los inferiores y sólo intervenir para ayudarlos cuando sea necesario; esto no minimiza su sentido de solidaridad
Expone las exigencias y condiciones del salario justo, y  propone como medio para atacar el problema social, la cristianización de la vida económica y  ejercicio de la caridad.
3
La Solennitá
Cuando las circunstancias originadas por la guerra hacen en muchos casos más difíciles un contacto directo y vivo entre el Sumo Pastor y su grey. No es que pretendiese él establecer normas de carácter puramente práctico, casi diríamos técnico, de la constitución social; porque sabía bien y era para él evidente y nuestro predecesor.

PÍO XII
1941
ü  Guardad la noble llama del espíritu social fraterno, que hace medio siglo reavivó en el corazón de vuestros padres la antorcha luminosa e iluminadora de la palabra.

ü   los hombres no puedan observar los preceptos divinos, siempre y en todo caso inviolables, sino con actos heroicos de virtud.
4
Mater et Magistra
¿El deseo de participar responsablemente en la vida económica y social por parte de los trabajadores es legítimo?
Juan XXIII
1961
Reconoce que la economía es ante todo obra de la iniciativa de los particulares, pero que se necesita la intervención subsidiaria de los poderes públicos.
Subraya la importancia de la creciente sociabilidad humana en sus diversas manifestaciones en el mundo. 
Reafirma lo inaceptable del liberalismo. Reconoce la importancia de la familia. 
Las relaciones humanas se construyan en la verdad, la justicia y el amor fraterno. 
5
Pacem in Terris
1963 era el año en que se celebraba el Concilio Vaticano II. Las Naciones Unidas, la UNESCO, la Liga de los derechos del hombre y otros organismos se habían consagrado a la búsqueda de una defensa de la paz, en beneficio de todos los seres humanos sin distinciones discriminatorias.
Juan XXIII
1963
ü  Esboza una lista de derechos y deberes que deben observar tanto los individuos como las autoridades públicas,  los gobiernos nacionales y la comunidad mundial.

ü  El punto de partida y fundamento de toda ley humana, arranca de la personalidad natural y dignidad natural del hombre, dotado de derechos y de deberes.

ü  Las relaciones entre los poderes públicos y los ciudadanos y de las relaciones que deben de existir entre los Estados.

ü  Afirma que la paz no puede darse en la sociedad humana si primero no se da en el interior de cada hombre, es decir, si primero no guarda cada uno en sí mismo el orden establecido por Dios

ü  Las relaciones internacionales son consideradas bajo la misma óptica de la persona, es decir, deberán regirse por la ley moral, por la verdad, la justicia y el respeto.

ü  Luchar por reconstruir todas las formas de convivencia en la tierra
6
Guadium et Spes
Después de la Segunda Guerra Mundial y un gigantesco cambio se estaba gestando en el lapso de ese tiempo. Las comunicaciones, los aparatos electrónicos y las computadoras eran arrolladoras) A tal grado eran estos cambios que las mismas estructuras sociales de la civilización anterior parecían crujir. Para hacer frente a los retos del momento de progreso, muchas estructuras sociales se miraban ya obsoletas, La justicia y la equidad ya no regían las acciones de los seres humanos. Era necesario poner al día a la Iglesia sin perder su identidad, por eso convocó al Concilio Vaticano II.
Juan XXIII
1965
Es el documento más importante en la tradición social de la Iglesia. Señala el  deber que tiene el pueblo de Dios de observar los signos de los tiempos a la luz del Evangelio, para darse cuenta de la pérdida de valores, de los cambios que caracterizan al mundo actual.
Ideas centrales son: la misión de la iglesia acerca de la persona humana; de la familia y su actividad en el mundo, procurando atender lo más urgente, familia, economía, política, cultura y solidaridad internacional.
Reconoce que, a pesar de los medios modernos, se agravan las grandes desigualdades y falla el diálogo genuino y fraternal entre países y personas.
Es deber de la Iglesia en el mundo pugnar porque se den las condiciones necesarias para la promoción de la dignidad humana y del bien común.
7
Populorum Progressio
La ciencia y la tecnología habían favorecido la globalización de las comunidades, y los viajes espaciales. La economía crecía a pasos agigantados en la producción industrial y en la aportación de servicios cada vez más sofisticados y enriquecía maravillosamente a unas naciones, mientras que simultáneamente dejaba en retraso lacerante al sector agropecuario, en pobreza a amplias zonas en un mismo país y en subdesarrollo a gran número de naciones. 
Pablo VI
1967
La Iglesia sigue con atención el desarrollo de los pueblos, sobre todo el de los más necesitados. La aspiración de mejorar de muchos hombres se ve impedida por la situación en la que viven. Los pueblos quieren además de su independencia política, su independencia económica. Con la descripción de Populorum Progressio.  Se patentiza la urgencia de buscar el desarrollo solidario de la humanidad.
El desarrollo completo del hombre no puede darse sin el desarrollo solidario de la humanidad. Hay que luchar por una verdadera unión entre las naciones para asistir a los pueblos más débiles. El deber de solidaridad de las personas es deber también de las naciones. Los pueblos deben de llegar a ser por sí mismos artífices de su desarrollo: es la meta que hay que conseguir.
Es necesario también el diálogo entre las naciones: Este diálogo es factor de fraternidad y ha de centrase en los hombres, no en los intereses egoístas económicos y políticos. En esta labor debemos de trabajar todos. Hombres y pueblos, deben asumir su responsabilidad. A manera de conclusión el Papa asevera que el camino de la paz pasa por el desarrollo, pero éste no está en la abundancia de riqueza egoísta, sino en la economía puesta al servicio del hombre.    
8
Octogesima Adveniens
Las condiciones laborales de la producción, la inequidad de los intercambios internacionales, el consumismo en grandes sectores de la población y el atraso agropecuario persistentes ya eran alarmantes. Dirigentes cristianos, laicos y religiosos, se inclinaban impacientes por caminos revolucionarios violentos, y armados. El Magisterio de la Iglesia indicara por dónde no y por dónde sí habría que buscar los remedios a los males sociales dentro de una ética que permeara una sociedad, justa, responsable, libre y en paz.
Pablo VI
1971
Reconoce un llamamiento a nivel universal en la práctica de una mayor justicia. La diversidad de situaciones de los cristianos en el actual mundo, y los convoca a un pluralismo ético en la acción.

Ilumina el análisis de los nuevos problemas sociales y da directrices para su solución: la urbanización, la situación de los jóvenes, de la mujer, de los trabajadores, de las discriminaciones, de los medios de comunicación, y del medio ambiente.

Defiende el derecho y el deber a participar en la vida social. Habla de acción política sana.
9
Laborem Excercens
La encíclica Laborem Exercens tiene una visión histórica y global de la civilización occidental que se ha preocupado sobre todo de desarrollar el lado objetivo del trabajo para someter a la naturaleza y liberar al hombre de condiciones de vida de gran pobreza y miseria. Ha logrado de modo extraordinario acrecentar el control del hombre sobre la naturaleza. Sin embargo, el lado subjetivo del trabajo ha sido casi totalmente descuidado.
El hombre ha elegido las formas de su cooperación en el trabajo y, su organización social en total independencia del justo desarrollo de la persona humana. El resultado es que hoy nos hallamos más seguros que en el pasado frente a las amenazas que provienen de la naturaleza (carestía, sequía, inundación, etc.), pero mil veces más inseguros ante las amenazas que nos vienen de los demás hombres o que surgen de nuestra propia intimidad personal (crisis económica, guerras, alienación, neurosis de las grandes concentraciones urbanas...)
Juan Pablo II 
1981
ü  Trata la concepción del hombre y del trabajo. El enfoque general responde a un análisis de la época moderna, en que se han desarrollado con enorme profusión experiencias de carácter económico, social, histórico, teológico, antropológico, etc.

ü  Ayuda a comprender lo que ha acontecido y sigue aconteciendo en la historia, de qué modo puede el hombre transformarse con su trabajo, hacerse más hombre. 

ü  Muestra cómo los socialismos tratan a los seres humanos como instrumentos de producción y no como personas-sujetos de trabajo. Por otra parte, en los liberalismos se les trata como mercancía sujeta al mercado de la oferta y la demanda. Con la proletarización de los intelectuales y su desempleo, se incrementa el problema social.

ü  Enfatiza los elementos de una espiritualidad del trabajo.
10
Solicitudo rei Socialis
Había un difuso optimismo sobre la resolución más o menos pronta de los problemas del desarrollo, se veía más bien negativa. La brecha entre el Norte desarrollado y el Sur subdesarrollado ha crecido en este lapso, haciéndose crítica y no sólo en los países más desvalidos la situación de la vivienda, de la desocupación y de la deuda externa. A veces los propios mecanismos del crédito internacional y de la inversión extranjera se han vuelto contra los países subdesarrollados.
Juan Pablo II
1987
Denuncia las sistemáticas campañas del control de la natalidad como un atropello de la libre decisión de los padres de familia. 
El desarrollo auténtico ha de medirse por un parámetro interior, de naturaleza cultural y ético-religiosa, que el documento examina tanto a la luz del Génesis como de los Evangelios.
El desarrollo integral del ser humano ha de tener como meta propia un delicado respeto por todos los derechos humanos, entre los cuales se destaca el derecho a nacer, los derechos de la familia como célula básica de la sociedad, la justicia en las relaciones laborales, la institucionalidad política democrática y la libertad religiosa. Alerta acerca de diversas estructuras de pecado.
11
Centesimus Annus
Las amenazas de guerra, de la pobreza creciente, de los regionalismos y los bloques de naciones. Los políticos y analistas cristianos se preocupan por el poco cambio moral en un siglo. En los últimos años se creía que el mercado libre bastaría por sí solo para fundar una civilización digna del hombre.
Juan Pablo II
1991
ü  El hombre mismo es el principal factor de la producción: en él se funda la riqueza de las naciones más que en los recursos naturales. También se afirma de un modo nuevo que la contribución auténtica de la Iglesia en el campo social se realiza en el corazón del hombre.

ü  Para construir una sociedad más justa y digna del hombre es necesario un compromiso de servicio en los órdenes político, económico, social y cultural.

ü  El compromiso decisivo debe provenir del mismo corazón del hombre, de la intimidad de su conciencia.
Sólo así podrá el hombre cambiarse a sí mismo y contribuir a la mejora de toda la sociedad.

12
Caritatis in Veritate
Desde el punto de vista político, “la consolidación de regímenes democráticos capaces de asegurar libertad y paz, promover un diálogo sustentado en valores, escuchando la voz de las poblaciones interesadas.
Para que esos esfuerzos a favor de la paz produzcan efectos duraderos, “es necesario que se sustenten en valores fundamentados en la verdad de la vida. Es decir, es preciso escuchar la voz de las poblaciones interesadas y tener en cuenta su situación para poder interpretar de manera adecuada sus expectativas.
Benedicto XVI
2009
Fortalecer una política de un empleo decente para todos y todas.
Significa un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados a trabajar.
Favorecer una integración planetaria de orientación personalista y comunitaria, abierta a la trascendencia. Es una realidad humana y puede ser fruto de diversas corrientes culturales que han de ser sometidas a un discernimiento. La verdad de la globalización como proceso y su criterio ético fundamental vienen dados por la unidad de la familia humana y su crecimiento en el bien


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