LA
PARTICIPACIÓN.
a)
Significado y valor
189. Consecuencia
característica de la subsidiaridad es la participación,
que se expresa, esencialmente, en una serie de actividades mediante las
cuales el ciudadano, como individuo o asociado a otros, directamente o por
medio de los propios representantes, contribuye a la vida cultural, económica,
política y social de la comunidad civil a la que pertenece. La
participación es un deber que todos han de cumplir conscientemente, en modo
responsable y con vistas al bien común.
La participación no
puede ser delimitada o restringida a algún contenido particular de la vida
social, dada su importancia para el crecimiento, sobre
todo humano, en ámbitos como el mundo del trabajo y de las actividades
económicas en sus dinámicas internas, la información y la cultura y, muy
especialmente, la vida social y política hasta los niveles más altos.
b)
Participación y democracia
190. La
participación en la vida comunitaria no es solamente una de las mayores
aspiraciones del ciudadano, llamado a ejercitar libre y responsablemente el
propio papel cívico con y para los demás, sino
también uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos, además
de una de las mejores garantías de permanencia de la democracia. El
gobierno democrático, en efecto, se define a partir de la atribución, por parte
del pueblo, de poderes y funciones, que deben ejercitarse en su nombre, por su
cuenta y a su favor; es evidente, pues, que toda democracia debe ser
participativa. Lo cual comporta que los diversos sujetos de la comunidad
civil, en cualquiera de sus niveles, sean informados, escuchados e implicados
en el ejercicio de las funciones que ésta desarrolla.
191. La
participación puede lograrse en todas las relaciones posibles entre el
ciudadano y las instituciones. La superación de los
obstáculos culturales, jurídicos y sociales que con frecuencia se interponen,
como verdaderas barreras, a la participación solidaria de los ciudadanos
en los destinos de la propia comunidad, requiere una obra informativa y
educativa.
En el ámbito de la
participación, una ulterior fuente de preocupación proviene de aquellos
países con un régimen totalitario o dictatorial, donde el derecho
fundamental a participar en la vida pública es negado de raíz, porque se
considera una amenaza para el Estado mismo; de los países donde este derecho es
enunciado sólo formalmente, sin que se pueda ejercer concretamente; y también
de aquellos otros donde el crecimiento exagerado del aparato burocrático niega
de hecho al ciudadano la posibilidad de proponerse como un verdadero actor de
la vida social y política.